Necia.

 Pensando en el final.

Tantas lagrimas de cocodrilos y supuestas promesas, y al final, me demostraste que hasta los caimanes son capaces de meterse en la psique del hombre desaforfunado.

Y veremos hasta que tan sadico quieres llegar a realizar este nuevo rol. Si el homicidio culposo que cargamos cuesta arriba lo manejamos con presunta calma o si dejaremos evidencia sumando moretones a tus nalgas.
Para que mierda traes tu cuchillo a la noche, si con el ultimo rumor, me destrozaste el alma con una bala de cañon.

Al carajo, ya empezaste a beber y mi corbata se empezo a soltar. Hoy la necesedad se situa en el punto que une tus senos.