sábado, 15 de agosto de 2020

Después de un largo camino.

 Otro camino, que me depara, si después de 4 atascos por fin siento alivio, independencia. 

Y te cruzo en la vereda, con tu castaño cabello y tus caderas extranjeras. No hay palabras, hay miradas, y en plural, porque con un beso fue suficiente. 


En el camino yo rezaba a uno, y que especial fue que tú le rezarás a varios. No había tomado camino por fuera, pero no imaginaba que me encontraría enamorado devuelta. Tu qué ya viste más allá del Río, no tienes que ser alguien más, pues conmigo, tienes el reflejo de las nubes y el cariño que te tuve, ese que flota entre riachuelos de sonrisas, flota hasta el mar de la pasión. 


Me alejo, lloro y me pierdo, pero al horizonte, entre bruma y quejas, te veo, con una mano al aire, en silencio, tu mirada pecadora; no hay miedo a la muerte, si en su lecho reposa tus piernas tintadas. 



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