He oido de coleccionitas de estampillas, de colecciones de jarrones, incluso un dia vi una increible coleccion de conchas marinas, de esta habian de todo tipos, grandes, pequeñas, unas con hermosos colores, y otras con las olas del mar en su interior. Por mi parte, soy un pequeño aficionado a algo mas magico, mas intimo y mas apasionante; yo colecciono historias de primera vez.
Me gustan de todo tipo; las de besos bajo faros y niebla en el entorno, las historias de personas apunto de muerte por suicidio y que, en cierto momento, les ocurrio un milagro y me contaron su hermoso relato. Las de excursiones que fueron especiales y hasta las sombrias de fantasmas. Que decir de las historias de como dos personas, ¿no les parecen hermosos los relatos de como se empezaron a coquetear, de como los chicos admiraban las divinas piernas de su dama y como las damas veian un caballero en corcel cuando les ofrecian la silla para sentarse a cenar?
Me gustan las de terror, de esos que vienen de los llanos y cuyas fabulas son tan ricas en imaginacion y en horror que hasta los ancianos aun se emocionan al contarlas.
Las de la primera vez que cargaron a su progenitor, al contar como veian sus ojos brillar y como estructuraban el juramento de por siempre protegerlos ante todo.
Esa es mi aficion, ver los ojos de una persona iluminarse, emsombrecerse y aguarse de lagrimas para contar como cual trovador de sus hazañas en un bosque, sus historias penosas, sus pesares o sonrojandose cuando se cayeron en publico.
Se preguntaran, si las colecciono, ¿donde guardo mis sourvenires para admirarlos? Pues bien, cuando ya mis libros vivientes mueren de hambre o de tetanos, arranco sus huesos y con mucha delicadeza los coloco en hermosas bolsas de colores que yo mismo confecciono. Tengo los huesos de todos los prisioneros que he secuestrado a lo largo de mi vida en el baul del fondo, ese oxidado y lleno de polvo
Ya que te he contado mi adiccion:
¿tu, que tienes para contarme?
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