lunes, 6 de abril de 2015

Balas a mi cabeza

Triste, melancólico, taciturno, pobre de alegría y escarchado de lágrimas. Es el día de hoy, que me pesan hasta los besos que me enviabas desde tu Dinamarca. Fui paja y tu un mortal soplo flamante... Créeme que se que me estas dejando caer mientras me sonríes, no porque quieres hacerme daño, entiendo lo fétido que es el olor a poesía recién escrita.

Esperando despertar y encontrarme con un : Buenos días, amor mio" debajo de la almohada, pero no, no hay nada. Es parte de mi pago a tus decepciones, decepcionarme yo mismo todas las mañanas esperando un te amo cuando se que no pasara, distraerme y no ver el cometa, volvera en 70?.

Cuantas veces te he dicho que cambiare, y no es si.
Cuantas veces dijiste volveré, y te perdiste en el recorrido.
Cuantas veces, prometimos y rompimos el sacramento.

Entiendo tu agotamiento. Es un tragedia... que después de tantos engaños, decepciones y traiciones, por fin me siento libre de mi venenoso pasado, pero olvide zafarme la agujeta llena de barro de los tenis pasados.

Hoy que el banquito de la plaza esta vació, esperando un volver, sera ocupado por nuevos enamorados; demolido por nuevos relatos frescos y tiernos. Creo que no, creo que murió, y morimos en el transcurso de un palpito venenosos. 

Me volviste a llenar de amor.
Le diste unos golpes  mi corazón y este volvió  funcionar.
Llenaste como un manantial el desierto que eran mis ojos. 
Me enseñaste el como es amar y como es lo divino de ser amado. Espera, sin olvidar el sacrificio que es dejar de amar.

 Tu volviendo  abrir tus alas para volver a volar conmigo, si es que con cartón se pueden fabricar alas.

Extraña de besos, de miradas, de dulces palabras. Extraña de rizos saltando cuando caminábamos de la mano, hasta nuestras noches contándonos secretos y prometiéndonos un mañana juntos y amoroso. Extraño de ti, y mórbido de mi... Deje que las palabras fuesen el carnaval de nuestros sueños y el profeta de nuestra muerte.

Nunca tuyo al estar dentro de tus entrañas.



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