lunes, 13 de agosto de 2018

Mujer para la cena .

Los libros de cocina siempre tienen un titulo, o sea, un dato de lo que pasara. Tienen una explicación, entonces, vas imaginando como hacerlo y como te sentiras. Tienen datos curiosos, indicios de un coqueteo ligero. Tienen una imagen de anticipo, que es mas o menos la que tengo yo al hablar contigo. Y una imagen final, que es la mía abrazándote y bailando una salsita o un tango


Y lo mejor, en cada capitulo puedees beber algo diferente, una margarita y ver películas, un cuba libre. un vino porthos y un tequila a besos sin el limón y la sal.

Pues bien, la mujer es una de esas experiencias mas bellas de la vida. Es la pasión, es la adrenalina, es la tristeza, es la glotonería y son la reina, la ruina.

Y si, a quien no ha sufrido de corazón roto por una mujer? Pero que divino es el sentir como sus garras te arañan el alma, mientras en un acto cínico limpian tus heridas con eróticos roces de lengua. La mujer es el condimento perfecto para una vida feliz y prospera. De ellas venimos y por ellas mismas nos regresamos.
Mas allá de eso; son unas brújulas. Nos guían y nos orientan, y por sus ojos nos cambian la vida de un parpadeo.

Que preciosas las morenas con su tumbao caribeño y su afán de amar a desesperar.
Que locuras las risueñas pelirrojas que a través del tiempo se han convertido en símbolo sensual y afrodisíaco de poetas hambrientos.

No podemos dejar atrás las picaras trigueñas con su tez pálido de mármol que te hunden en caldos de sus sabores a regañadientes de cascadas.

Que divino es el mundo, que divino el mundo de las mujeres, que mágicas, que especiales... Que desesperación me traen.


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