martes, 3 de diciembre de 2019

La amargura de anoche.

Me gusta despertar con sabor amargo en la boca. Los dedos pican para escribir y mi lengua se mueve deletreando tu nombre, lo mismo que hice anoche entre tus piernas




Crueldades.

Todos pensamos en lo mismo, que te hunde en ardor ahí, a centímetros de tu Venus; pero nadie habla de ello. Crueles intenciones, susurran.





Entraba la nieve.

Soy amante de que me rompan el corazón. Por eso mismo, siempre recurro a la misma luna, a la misma brisa, porque es mejor la muerte conocida, que una vida larga insatisfecha.