Desde agua, empezamos a formarnos, nos vamos solidificando, haciendonos mas concretos, formando nuestro espacio.
Flotamos, como musgo, sobre densa agua tibia, pero, siempre siendo, tierra, siendo, piedra.
Somos cuatro elementos, solo, cuando atravesamos los retos que nos pone la burbuja oscura en la que habitamos.
Agua y tierra, eso somos; claro, si llegamos a ser. Pero, aire y fuego, solo lo consiguen los valientes.
Aire somos, aire conseguimos. Llegamos al aire cuando somos tan livianos que flotamos, o nos hacen flotar, cuando actuamos con tal honestidad y buena postura, que la tierra, de la que estamos integrados, se vuelve tan ligera que en la balanza de una sonrisa, no llegamos a perturbar.
El fuego, por último, el mas difícil y duro de los elementos, se consigue en la pasión y la valentía. Fuego solo somos, si llegamos a ser, cuando avivamos la llama de la lucha por ideales, cuando, el viento de nuestras acciones, avivan nuestros motivos; cuando la tierra que nos forma, nos mantiene compacto en deciciones; cuando el agua en la que flotamos desde el principio, esparce rocío en la llama, manteniendo nuestro deseo en forma sana, y evaporando la ira hacia el cielo, para que llueva, llueva y llene el agua, de alguien que sera, claro, si llegase a ser.
