Un lugar llamado atico.

Esta cama es demasiado grande para mi cuerpo pero tan pequeña para la soledad, que me apretuja y me absorbe, sin perdon, siento del colchon sus resortes. Mientras bajo en su profundidad y los resortes anteriores me sujetan en mi descenso, recuerdo el sueño de hace dias, que me desperto sudando, buscando tus brazos, pero solo encontre, la almohada sin funda, la tristeza acobijada, se veia taciturna.

En la oscuridad, veo tu sonrisa, aun destellando bajo el sol, con tu vestido floreado seduciendo a las mariposas que te revolotean, pero que poco a poco se apaga el recuerdo, se va terminando el cuento, y el destello palidece, y la noche cae y solo hay perros ladrando. 

Y no es tu culpa, ni tampoco mia, de hecho culpa no figura en esta historia, pero que no le eches de un portazo, deja que se quede para que aguante el balazo. 

La madrugada entra y le susurra al colchon, los resortes me suben, y noto el ocaso de un crepusculo menguante, que aun tiene magia por delante, pero apresurate, sol retorcido, no creo aguantar hasta el solsticio.

Y al amanecer, con los parpados pesados dando mi oracion, un tanto atolondrado, te me apareces en la boca para agradecerte tambien, cazadora de rezos.

Con el "celestial princesa"empiezo y con el corazon apretado, devuelta a el agujero.

Coloro-

Y después de profundas bocanadas de aire, ya no estaba en cama, no, estaba flotando dentro de una burbuja, que era mi guía, mis ojos. Con ella, miraba lo que antes solo veía, pero diferente. La burbuja paso muy cerca de una luz; una luz que no era luz, una destello que era un reflejo de miles de recuerdos brillantes. La burbuja se saturo y exploto. Mi pecho ardió mientras se estremecía, y mi mente volvía a la superficie, y ya no estaba en flotando dentro de la burbuja, estaba en cama, mirando la oscura habitación, mientras en mi cara caían los copos de nieve que cual intrusos se metían por la ventana.

Elemento-

Agua y tierra, empezamos por ser. ( si llegamos a ser, claro esta )
Desde agua, empezamos a formarnos, nos vamos solidificando, haciendonos mas concretos, formando nuestro espacio.
Flotamos, como musgo, sobre densa agua tibia, pero, siempre siendo, tierra, siendo, piedra.

Somos cuatro elementos, solo, cuando atravesamos los retos que nos pone la burbuja oscura en la que habitamos.

Agua y tierra, eso somos; claro, si llegamos a ser. Pero, aire y fuego, solo lo consiguen los valientes.

Aire somos, aire conseguimos. Llegamos al aire cuando somos tan livianos que flotamos, o nos hacen flotar, cuando actuamos con tal honestidad y buena postura, que la tierra, de la que estamos integrados, se vuelve tan ligera que en la balanza de una sonrisa, no llegamos a perturbar.

El fuego, por último, el mas difícil y duro de los elementos, se consigue en la pasión y la valentía. Fuego solo somos, si llegamos a ser, cuando avivamos la llama de la lucha por ideales, cuando, el viento de nuestras acciones, avivan nuestros motivos; cuando la tierra que nos forma, nos mantiene compacto en deciciones; cuando el agua en la que flotamos desde el principio, esparce rocío en la llama, manteniendo nuestro deseo en forma sana, y evaporando la ira hacia el cielo, para que llueva, llueva y llene el agua, de alguien que sera, claro, si llegase a ser.

Mariposas.

Tus cabellos
Que son pequeños hilachos de telaraña.
Tu olor
hecho del exhalar de afroditas
Confundido, cuando tus ojos
Reflejan tu erotismo
Gira las margaritas hasta que
Sus petalos se vuelvan
Mariposas, rojas
Como tu sexo.